Cau Cau, enero 19, 1997. Querido Alfonso: Calor humano para tí en el invierno blanco del norte. Nunca olvidaré que me abriste la puerta del mundo fantástico de Proust. Es casi escalofriante la precisión que tiene para describir las emociones y no sólo en su sentido más directo del instante, sino además profundizar en sus razones, derivantes y consecuencias. Creo que me cambia la visión del mundo gracias a esa amplitud con que Proust muestra los distintos puntos de vista y distinguiendo las apariencias de sus realidades más profundas e inconcientes. Además su insistencia en las imágenes logra que no sean sólo eso, visiones momentáneas y efímeras, sino que le da la fuerza de algo que se relaciona con todo lo que sucede alrededor, cosas que afectan directa y constantemente nuestras experiencias más intimas. Pero aún así, que me alegro de lo que me mostraste, me produce cierto sentimiento melancólico el hecho de que al observar más uno se adentra en su mundo, pero no siempre es posible compartir estas ideas, no porque falte gente alrededor, sino porque no son muchos los que leyeron a Proust. Y esto no es falta de nadie, pero si es como un secreto en que apenas tengo uno que otro cómplice. Bueno, en ningún caso me atormenta, porque, si bien es cierto que Swann no es un posible tema de conversación con gente de mi edad que apenas si han leído algunas páginas de Rimbaud, los más avanzados, siempre tendré la posibilidad de refugiarme en mi mundo privado que hoy se enriquece a través de Proust. Gran acierto, viejo! Un abrazo fuerte y caluroso desde este Chile, tu sobrina Amelia
“… y así a cada instante ocurría que alguno de los innumerables y humildes ‘yo’ que nos componen ignoraba aún la marcha de Albertine y era menester notificársela, era menester -lo que resulta más cruel que si hubieran sido extraños y no hubieran tomado prestada mi sensibilidad para sufrir- anunciar la desgracia que acababa de suceder a todos aquellos seres a todos aquellos ‘yo’ que seguían ignorándola, era menester que cada uno de ellos a su vez oyese por primera vez estas palabras: ‘Albertine ha pedido sus baúles -esos baúles en forma de ataúd que yo había visto cargar en Balbec junto a los de mi madre-, Albertine se ha marchado’. A cada uno de ellos tenía que comunicar mi dolor, el dolor que no es ni mucho menos una conclusión pesimista libremente extraída de un conjunto de circunstancias funestas, sino la reviviscencia intermitente e involuntaria de una impresión específica, llegada de fuera, y que no hemos elegido”.
4 Comments:
Cau Cau, enero 19, 1997.
Querido Alfonso:
Calor humano para tí en el invierno blanco del norte. Nunca olvidaré que me abriste la puerta del mundo fantástico de Proust. Es casi escalofriante la precisión que tiene para describir las emociones y no sólo en su sentido más directo del instante, sino además profundizar en sus razones, derivantes y consecuencias. Creo que me cambia la visión del mundo gracias a esa amplitud con que Proust muestra los distintos puntos de vista y distinguiendo las apariencias de sus realidades más profundas e inconcientes. Además su insistencia en las imágenes logra que no sean sólo eso, visiones momentáneas y efímeras, sino que le da la fuerza de algo que se relaciona con todo lo que sucede alrededor, cosas que afectan directa y constantemente nuestras experiencias más intimas. Pero aún así, que me alegro de lo que me mostraste, me produce cierto sentimiento melancólico el hecho de que al observar más uno se adentra en su mundo, pero no siempre es posible compartir estas ideas, no porque falte gente alrededor, sino porque no son muchos los que leyeron a Proust. Y esto no es falta de nadie, pero si es como un secreto en que apenas tengo uno que otro cómplice. Bueno, en ningún caso me atormenta, porque, si bien es cierto que Swann no es un posible tema de conversación con gente de mi edad que apenas si han leído algunas páginas de Rimbaud, los más avanzados, siempre tendré la posibilidad de refugiarme en mi mundo privado que hoy se enriquece a través de Proust. Gran acierto, viejo! Un abrazo fuerte y caluroso desde este Chile, tu sobrina Amelia
“… y así a cada instante ocurría que alguno de los innumerables y humildes ‘yo’ que nos componen ignoraba aún la marcha de Albertine y era menester notificársela, era menester -lo que resulta más cruel que si hubieran sido extraños y no hubieran tomado prestada mi sensibilidad para sufrir- anunciar la desgracia que acababa de suceder a todos aquellos seres a todos aquellos ‘yo’ que seguían ignorándola, era menester que cada uno de ellos a su vez oyese por primera vez estas palabras: ‘Albertine ha pedido sus baúles -esos baúles en forma de ataúd que yo había visto cargar en Balbec junto a los de mi madre-, Albertine se ha marchado’. A cada uno de ellos tenía que comunicar mi dolor, el dolor que no es ni mucho menos una conclusión pesimista libremente extraída de un conjunto de circunstancias funestas, sino la reviviscencia intermitente e involuntaria de una impresión específica, llegada de fuera, y que no hemos elegido”.
Marcel Proust
Albertine desaparecida
Feliz cumpleanhos prima! Y perdona el atraso.
"Da ich ein Knabe war
Rettet' ein Gott mich oft
vom geschrei und der rute der Menschen
Da spielt ich, sicher und gut
mit den blumen des Hains
Und die Lüftchen des Himmels
spielten mit mir"
"Cuando era niño,
un dios a menudo me salvava del griterío y la palmeta de los hombres
Así, jugaba tranquilo y sin temor
con las flores del soto
y las brisas del cielo
jugaban conmigo..."
F. Hölderlin
Leído junto a Ella en Cau Cau, Enero 97...
Publicar un comentario
<< Home